miércoles, 29 de octubre de 2014

Intolerancia a la fructosa

A pesar de que mucha gente la padece, la intolerancia a la fructosa es un gran desconocido para muchas personas hoy en día.

La fructosa es un azúcar (la encontramos sobre todo en la fruta) que junto a la glucosa forma una molécula denominada sacarosa. Esta molécula es la forma más común de ingerir la fructosa. 

Fuente: funcionales.es

En el intestino, la sacarosa se separa en sus dos moléculas. Por consiguiente, las células intestinales absorben y metabolizan la fructosa(producto de la ruptura de la sacarosa) para ser utilizada. Cuando hay dificultades a la hora de realizar este proceso, es cuando ocurre la intolerancia a la fructosa.

Podemos distinguir dos tipos de intolerancia que no debemos confundir, que son la intolerancia hereditaria a la fructosa y la malabsorción de esta. Por eso el tratamiento dietético debe ser distinto según la patología que se padezca.

La malabsorción de la fructosa, como su propio nombre indica, es absorber mal (no absorber o absorber parcialmente) este azúcar en nuestras células intestinales. Esto genera problemas intestinales como gases, diarreas... Es una intolerancia que puede ser reversible.

La intolerancia hereditaria a la fructosa, es mucho menos común que la malabsorción de la misma. Lo que sucede en esta patología es que una vez absorbida la fructosa por las células intestinales, no son capaces de metabolizarla completamente, quedándose en un producto intermedio que es tóxico para nuestro organismo. Esto nos provoca malestar, náuseas, vómitos, deshidratación, incluso el impedimento de ganancia de peso en lactantes. 

Si esta intolerancia era para ti un gran desconocido, esperamos haberte ayudado a conocerla y a comprender esta patología un poquito mejor.

Fuente: guiametabolica.org

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